lunes, 26 de mayo de 2008

14 de junio, Día 16: Panamá-Madrid

Hoy, a pesar de ser nuestro último día en Panamá, nos levantamos también muy temprano, sobre las 06.30, y decidimos ir a desayunar a las 07.00 para después hacer las maletas.
desayunamos tranquilamente viendo las noticias del mundo en la tele y nos vamos a asomarnos a la terraza del hotel donde esta la piscina para hacer unas fotos de las vistas de la ciudad.

Gloria baja a hacer las maletas y yo me voy al supermercado Rey a comprar unos dulces típicos Panameños y algunas cosas más.
Anita y Uriel llegaron a la habitación a las 10.00 de la mañana y estábamos casi terminando, pero tuve que comprar un macuto porque no nos entraban todas las cosas en nuestras maletas.
Pagamos el hotel y dejamos las maletas en recepción para que nos las guardaran, y nos fuimos a ver las ruinas de Panamá Viejo.

Hoy, para variar hace mucho calor, y antes de entrar, echamos un vistazo al mercado de artesanía que hay justo a lado de las ruinas, y compramos todo tipo de collares, pulseras, etc, para regalar a la familia y amigos, regateando los precios, claro. En éste mercado hay de todo lo que se pueda imaginar de artesanías, camisetas, hamacas, etc, y a buen precio, y es bastante grande.
Entramos a las ruinas de Panamá Viejo, de unos 500 años de antigüedad y destruida por el pirata Henry Morgan, pagando 4$ cada uno por la entrada, y nos encaramamos a la torre del campanario de la Catedral.

Ese día estaban jugando en la Eurocopa, España-Suecia, y hasta ese momento iban empatados a 1, el portero de la torre nos estaba informando con detalle de como iba el partido.

Subimos al lo alto de la torre y desde allí se divisa parte de la ciudad de Panamá, el Corredor Sur, parte de la Bahía de Panamá y la zona nueva de Punta del Este, el sitio es espectacular, lo malo es que algunas casas se han construido encima de muchas ruinas de la ciudad, pero ésta debió de ser bastante grande.

Nos estuvimos paseando por los alrededores de la torre, entre las ruinas de la ciudad, pero hacía un calor increíble y decidimos marcharnos a casa de Anita a por los regalos que me estaba guardado y cargarlos en el coche antes de pasar por el hotel a por las maletas.

Recogimos las maletas y nos fuimos a comer a un restaurante popular, llamado EL JORON, y nos comimos unos churrascos acompañados con unos patacones y unas Balboas muy frías en la terraza, viendo el partido de España en diferido, aunque ya sabíamos que habíamos ganado por 2-1, pasamos a cuartos.

La comida estaba deliciosa y era muy abundante y nos cobraron por toda la carne y 6 Balboas 42$, muy bien de precio.

Uriel nos llevó a tomar café al centro de la ciudad, a la cafetería-churrería Manolo en Obarrio, que es de un español, muy bonita, y allí nos tomamos unos capuchinos y unos chocolates a la taza, hasta que se nos hizo la hora de ir al aeropuerto a facturar las maletas.

Llegamos pronto, sobre las 17.40, el avión salía a las 21.40, pero no hay que arriesgar, y en cuanto nos pasaron los perros detectores de droga por las maletas (unos días antes habían pillado a una española con 2 kg de coca y estaba un poco revolucionado aquello), y envolvimos el macuto en plástico, facturamos y nos fuimos los cuatro a la cafetería a tomar unos cafés.
Llegó el peor momento del viaje, el de la despedida. Anita y Uriel se han portado increíble con nosotros, llevándonos a todos sitios, molestándose por nosotros y para que estuviéramos agusto, incluso pidieron días de sus vacaciones para estar con nosotros. Son unas personas muy especiales para nosotros, sobre todo Anita, que es muy, pero que muy especial, con una dulzura y un cariño increíble (los hombres somos más serios), y Uriel, que a pesar de encontrarse mal en muchas ocasiones siempre ha estado al lado nuestro con agrado, en fin, podríamos estar hablando de ellos durante mucho rato. Lo que si que esperamos algún día es poder devolverle el favor que nos han hecho.

Pues nada, una vez que entramos a la zona de embarque, vemos que el avión llega con retraso, a las 22.20, por o que nos vamos a hacer algunas compras para nosotros, unos perfumes y eso, que están muy bien de precio, casi la mitad que en España, sobre todo por el cambio del dolar. Al final salimos a las 23.00 horas, sin complicaciones, en un airbus A-340-300 bautizado con el nombre de LUISA CARVAJAL Y MENDOZA.

Nos dan la cena y a dormir, a ver si el viaje pasa rápido y no nos enteramos.
¡¡¡¡¡Ya estamos camino de nuestra querida ESPAÑA!!!!

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